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Ciudad Acuña, Coahuila, México | 28 de Marzo del 2024

Atenta contra periodistas y libertad de expresión el Congreso de Coahuila

Ciudad Acuña, Coahuila 12 de diciembre del 2007. Leí con atención en el periódico Vanguardia una nota publicada hoy relativa a la iniciativa de ley que presentó la diputada Julieta López, encaminada a modificar la Ley de Profesiones.

Seguramente esta iniciativa fué consensada con Horacio del Bosque, Francisco Saracho, y el resto de los diputados de la fracción del PRI en el Congreso de Coahuila, ley con la que buscan limitar el ejercicio periodístico, el diseño, la informática, la filosofía, entre otras profesiones, curiosamente relacionadas a los medios de comunicación en Coahuila.
Aplaudo el interés de la diputada, por cierto psicóloga (no sé si del área clínica, industrial, o educativa), no sé si de orientación psicoanalítica o conductista -no sé si su alter ego es Sigmund Freud o B. F. Skinner, no sé si también siendo de orientación psicoanalítica ya se haya realizado su análisis para ejercer la carrera profesionalmente, o fracasando en su carrera y se haya dedicado mejor a lo que supuestamente sabe hacer: legislar.
Aplaudo el interés de ésta profesionista que hoy busca normar principalmente el periodismo, y le agradezco que se preocupe por los cientos de jóvenes que egresan año con año de diferentes instituciones educativas con la carrera de licenciado de Ciencias de la Comunicación (sin olvidar a los egresados de la escuela de periodismo Carlos Septien).
Aplaudo el interés de nuestros diputados, algunos de ellos por cierto sin carrera profesional (no por ello menos sensibles que los profesionistas a las condiciones socioeconómicas de nuestros connacionales), encaminado a que cada profesión sea ejercida puntualmente, esto es “cada chango a su mecate”.
No deja sin embargo de preocuparme que esta ley esté “teledirigida”, por algún gurú de la política coahuilense, que no se atreve a dar la cara y envía a la diputada, que ha demostrado tener más “cojones” (me remito a la Real Academia Española), que su mentor, que se oculta atrás de ésta valiente mujer para dejar fuera del ejercicio periodístico a una persona.
Desde Acuña puedo distinguir al autor de ésta ley, por cierto en su momento un pésimo funcionario, que se equivocó de todas, todas y ahora busca vengarse de una sola persona con ésta ley.
Desde acá y desde ahora les digo tanto a la diputada como a sus mentores que esta ley puede ser aprobada por la mayoría en el Congreso local, pero que la vamos a echar abajo en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Y en esto seguramente tendremos el apoyo de periodistas y reporteros de Coahuila y de los grandes periodistas de México, la mayoría de ellos por cierto no son licenciados en Ciencias de la Comunicación, y tampoco estudiaron periodismo, pero escriben. Y escriben bien.
Sólo quiero citar a dos: *Lorenzo Meyer y **Gabriel García Márquez . *Lorenzo Francisco Meyer Cosío es un reconocido historiador y académico mexicano, que también incursiona en el periodismo. Obtuvo su licenciatura en Relaciones Internacionales, en el Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México. Es Doctor en Relaciones Internacionales por El Colegio de México y tiene estudios de posgrado en el Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Chicago.
Como periodista, destacan sus contribuciones como experto en ciencia política en los diarios Reforma, La Jornada y su participación en la televisión, sobre todo en el programa Primer Plano en Once TV.
Actualmente es profesor-investigador del Colegio de México y miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México en el Nivel III. **Gabriel José de la Concordia García Márquez es un periodista, editor y escritor colombiano nacido en el municipio de Aracataca (Magdalena), el 6 de marzo de 1927; es conocido familiarmente como Gabo. Según el laudatorio de la Academia Sueca obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1982 “por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real son combinados en un tranquilo mundo de imaginación rica, reflejando la vida y los conflictos de un continente”.1 Su novela más reconocida internacionalmente es Cien años de soledad. También ha incursionado en el cine, principalmente como guionista.

Cursó los primeros grados de secundaria en el Colegio San José desde 1940 para luego viajar a Zipaquirá a terminar su bachillerato en el Liceo Nacional de Varones, hoy Colegio Nacional San Juan Bautista de La Salle, con una beca, hasta 1946. En 1947, García Márquez se fue a Bogotá con la intención de estudiar Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Colombia (Bogotá), carrera de la que desertó, y empezó a trabajar como reportero de El Universal. A finales de 1949 se traslada a Barranquilla para trabajar como columnista y reportero en El Heraldo. Por petición de Álvaro Mutis, García Márquez regresó a Bogotá en 1954, donde trabajó en El Espectador como reportero y crítico de cine. En 1958, tras quedarse en Europa, García Márquez regresó a América,y se quedó en Venezuela.

Etiquetas: Acuña