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Ciudad Acuña, Coahuila, México | 29 de Marzo del 2024

EPN:PARTICIPACIÓN EN LA 75 CONVENCIÓN BANCARIA

- ESTABILIDAD POLÍTICA Y FINANCIERA EN MÉXICO: VARIABLES DE ÉXITO ANTE LA INCERTIDUMBRE GLOBAL

VERSIÓN ESTENOGRÁFICA DE LA PARTICIPACIÓN DEL LIC. ENRIQUE PEÑA NIETO, CANDIDATO A LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA POR LA COALICIÓN COMPROMISO POR MÉXICO, DURANTE LA 75 CONVENCIÓN BANCARIA ESTABILIDAD POLÍTICA Y FINANCIERA EN MÉXICO: VARIABLES DE ÉXITO ANTE LA INCERTIDUMBRE GLOBAL, REALIZADA EN ESTA LOCALIDAD.

- LIC. JAIME RUIZ SACRISTÁN: Señores, señoras, les pido su atención, por favor.

Para la segunda intervención de este panel, me es grato presentar a ustedes al licenciado Enrique Peña Nieto, candidato de la coalición Compromiso por México, integrada por el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Verde Ecologista de México.

En un año electoral, los espacios de reflexión en los que los ciudadanos podemos conocer de voz de los actores principales las perspectivas para el futuro de nuestro país, son fundamentales.

Muchas gracias por acompañarnos este día, candidato, para presentarnos lo que sería su plan de gobierno, en caso de que el voto le favorezca en la jornada electoral de julio próximo.

A continuación, el doctor Carlos Elizondo, moderador de este panel, explicará la mecánica de la intervención.

Muchas gracias.

- DR. CARLOS ELIZONDO MEYER SERRA: Muchas gracias. Licenciado Peña bienvenido.

La mecánica acordada fue: usted tendrá hasta 30 minutos para hacer una exposición, ahí habrá un reloj que le indicará el tiempo, y luego habrá preguntas por escrito de nuestro público por hasta unos 15 minutos.

Entonces, por favor, licenciado.

- LIC. ENRIQUE PEÑA NIETO: Señoras y señores, muy buenos días a todas y a todos ustedes.

Quiero agradecer a la Asociación Mexicana de Bancos esta invitación para participar en esta 75 reunión que llevan a cabo.

Agradecerle a Jaime Ruiz Sacristán, Presidente de la Asociación, su invitación; y a todas y a todos ustedes, quienes representan al sector financiero de nuestro país, la oportunidad de poder presentar ante ustedes la visión, los temas y acciones que vengo postulando para lo que, me parece, es fundamental, que permita a México insertarse en una ruta de mayor crecimiento, de mayor desarrollo y de mayor progreso.

Si me permiten, y sin mayor preámbulo, quiero compartir con ustedes cuáles son esas acciones que vengo señalando, a partir del escenario que México está viviendo.

Y que de manera introductoria, quiero compartir con ustedes, porque lo que vengo señalando es afirmar que en México no está caminando por el camino correcto y que México necesita cambiar de rumbo, con rumbo claro, con definición de objetivos muy puntuales y de manera responsable.

¿Por qué lo señalo así? Porque, sin duda, los indicadores esenciales del desarrollo nacional, del desarrollo social, del desarrollo económico, no son satisfactorios.

Y sólo déjenme señalar los principales que advierto nos dejan ver esta crítica realidad.

El primero de ellos, somos un país que lamentablemente hoy vive un clima de inseguridad, de violencia que se ha convertido en la principal preocupación entre los mexicanos.

Segundo, y quizá menos señalado, pero que no se puede soslayar, es la condición de pobreza que México vive, y que se ha agravado en los últimos cuatro años.

Pareciera un tema que no está o no se tiene presente, pero sólo en los últimos cuatro años, el número de pobres en el país se ha incrementado en 12 millones de mexicanos.

Tercero, tercer indicador, hemos tenido en el desempeño de nuestra economía una muy pobre y muy mediocre, porque contrastada con el desempeño que otros países de la región han tenido, México ha sido el último país o el país que en América Latina ha tenido el peor desempeño en su economía; menos del 2 por ciento de crecimiento.

Que si se contrasta con el de Brasil, el de Colombia, el de Chile y el de Perú, sin duda, el de estos países en algunos ha sido del doble y en otros, como el de Perú, ha sido de tres veces lo que hemos crecido.

Consecuencia de ello, no se han propiciado los empleos, que México demanda y los pocos e insuficientes que hay, son de baja calidad, de baja remuneración.

Sumado a esto, creo que a nadie escapa que México no tiene un sistema educativo que esté preparando a las nuevas generaciones para enfrentar los retos del mundo global, competido y que difícilmente, de no hacer un cambio en el diseño educativo del país, podremos incorporarnos de manera inteligente y exitosa, dentro de la competencia global.

A partir de este escenario, desde el inicio de mi campaña, claramente señalé cuáles son las cinco grandes metas nacionales por las que México debiera trabajar y en la que estoy comprometiendo el trabajo y esfuerzo de la gestión que quiero encabezar, precisamente orientada a estas cinco grandes metas.

La primera de ellas es devolver a los mexicanos paz y seguridad, y que esto exigirá, de llegar a la Presidencia de la República, reajustar la estrategia que en materia de seguridad hoy se tiene, y seguramente en el espacio de preguntas que ustedes pudieran tener, con mucho gusto me permitiré ampliar cuáles son las principales líneas de acción que vengo señalando en el reajuste a la estrategia que para la seguridad en el país debiera tenerse, sin dejar de mencionar que la tarea de darle seguridad a los mexicanos es irrenunciable al Estado mexicano, insustituible. Es obligación del Estado mexicano dar seguridad a los mexicanos y combatir al crimen organizado.

Segundo. Me he comprometido a revertir la pobreza del país y, muy particularmente y de manera señalada, comprometí erradicar la pobreza alimentaria, porque de los casi 60 millones de mexicanos que viven en condición de pobreza, como se proyecta pudiera concluir este año, 57 es la estadística que hoy se tiene, la cifra de la pobreza que hoy se tiene es 57 millones; más de la mitad de la población de nuestro país, 20 millones viven en condición de pobreza alimentaria; es decir, no saben con certeza si tendrán para sus alimentos del día a día, del día siguiente.

Tercero. Me he comprometido también a impulsar el crecimiento económico y creo que México tiene potencial para poder crecer al menos tres veces más de lo que ha venido haciendo. Estoy consciente de la fortaleza de nuestro país, de la gran riqueza que México tiene, de sus ventajas competitivas que me parece no se han aprovechado suficientemente, y que de lograrse permitirá que México pudiera crecer a mayores tasas.

Y en ese tema es donde quiero concentrar mi participación, después de señalar los otros dos grandes objetivos.

Sin duda, alentar la generación de empleos para que en lo que vengo postulando un Sistema de Seguridad Social Universal sea posible incentivar la formalidad y lograr a través también del impulso económico que tenga el país, la generación de más empleos.

Y quinta meta nacional, lograr para México nuevamente el ser una voz escuchada en el contexto internacional, que como alguna vez lo fuera, fuera e la voz que propiciara acuerdos en el contexto internacional con distintos propósitos, que fuera referente a partir del éxito, de sus políticas y no como hoy ocurre, que ese lugar hoy lo ocupan otras naciones de la región, porque simplemente en estos últimos años México no ha tenido ni éxitos, ni mejor desempeño; y que hoy México se proyecta, ante la gran capacidad que podría tener, como —y ya lo he venido señalado— un país inseguro, un país violento, un país de bajo crecimiento económico, un país en pobreza y en desempleo.

¿Cuál es para un servidor la llave o la herramienta fundamental para lograr éxito en la atención a estas asignaturas y en alcance a las metas nacionales, que aquí claramente he señalado?

Crecimiento económico. Estoy convencido de que es el crecimiento económico, y a partir de él, como podremos lograr de manera efectiva y de fondo la seguridad que México demanda, la generación del empleo y el combate de raíz a la pobreza.

¿Qué postulo para alcanzar este crecimiento económico? Y en ello quiero compartirles lo que en distintos espacios ya he señalado y he venido postulando, 10 grandes acciones para este propósito, que quiero referirles.

El primero de ellos, mantener la estabilidad macroeconómica. Me parece que esto es fundamental si no es suficiente para que México crezca económicamente.

Para fortuna de México, esta es una condición que se ha guardado a partir de la crisis del 95, y donde fue desde ahí, y la participación de ustedes como parte central del sistema financiero de nuestro país, que ha permitido que desde entonces México tenga estabilidad macroeconómica.

México ha logrado esta condición a partir del respeto a la autonomía del Banco Central o del Banco de México, encargado de la política monetaria, pero también de un manejo responsable de las finanzas públicas.

Y que en esta doble participación del Banco Central y del gobierno, y una actuación responsable del sector financiero, ha permitido mantener, insisto, la estabilidad macroeconómica. Pero reitero, necesaria, indispensable, pero insuficiente.

Necesitamos dar paso a otras acciones que potencien la oportunidad que México pueda crecer económicamente.

A partir de ahí, vengo señalando lo siguiente, como una segunda acción importante: el fomento a la competencia económica en todos los ámbitos de la economía, no sólo en las más señaladas o en las áreas más señaladas, como las telecomunicaciones, sí competencia ahí, por supuesto; como la telefonía, mayor competencia ahí también; en el uso de Internet y de banda ancha. Ayer que celebrábamos el Día del Internet en Guadalajara con empresarios que representan a la industria de las tecnologías de la información de la comunicación, también en esta área.

En todos los ámbitos de la economía.

Me propongo a hacer del gobierno que quiero encabezar un permanente promotor de la competencia, con los instrumentos que el Estado deba de generar. Ya hay algunos que están en el marco legal y que hay que aplicar. Y otros, como he apuntado, en la eventual necesidad de contar con tribunales especializados para dirimir los conflictos que se propicien a partir de las prácticas monopólicas.

Pero México tiene que dar el gran salto a partir de propiciar mayor competencia.

En el mundo y el Foro Económico evalúa a México entre 142 países, por encima del lugar 100, con respecto a las prácticas monopólicas que México vive.

Y en la ausencia de una competencia económica debida, sólo impedimos que los mexicanos tengan acceso a productos y a servicios que compitan en calidad y en precio.

Que además evitan la modernización e innovación de los procesos productivos de nuestra planta productiva y que al no haber competencia suficiente, inevitablemente la ausencia de innovación de nuestra planta productiva, nos rezaga también frente a la competencia que hacemos al mundo entero.

Por eso, la urgencia de impulsar y promover mayor competencia.

Tercero. En lo que advierto, es una gran oportunidad para México, y que parte de las experiencias exitosas, en otras latitudes, hacer la reforma energética que permita, sin privatizar, la participación del sector privado en todas las áreas de la industria petrolera de nuestro país, exploración, producción, refinación.

Se trata de lograr que nuestra empresa, la que es y debe seguir siendo de todos los mexicanos sea más productiva, potencie su capacidad, y no esperar a que con recursos propios de esta empresa, sea posible desarrollar la infraestructura que posibilite mayor productividad para PEMEX y que también sea punto de partida para financiar el desarrollo de nuevas fuentes de energía renovables, conscientes de que hoy en el país, 70 por ciento de la energía que consumimos es por fuentes no renovables, que algún día habrán de agotarse y que más vale que desde ahora vayamos pensando qué vamos a hacer cuando éstas se agoten.

Cuarto, y que es un tema central dentro de las metas nacionales también: la formación de capital humano.

Es claro que en la era del conocimiento, México se ha rezagado y México no entendió a tiempo la transformación que el mundo estaba experimentando.

Dejamos de invertir en ciencia y en tecnología, y dejamos de poner a la altura de las exigencias de nuestra época la calidad de la educación que el país demanda.

Hoy los retos están en la cobertura, en la calidad de la educación y de invertir más en ciencia y en tecnología. Lo que hoy invertimos en esta asignatura no ha cambiado en los últimos 30 años sigue siendo apenas del 0.4 por ciento del PIB; mientras que países que sí lo entendieron, que sí reconocieron y con visión vieron lo que el mundo estaba experimentando, hicieron mayor inversión en formación de capital humano, en ciencia y en tecnología, y hoy a 30 años de distancia tienen mejores condiciones para su población.

Y Corea del Sur es el gran referente en este tema, país que tenía condición muy similar a la de México a estos años de distancia, hoy tiene un ingreso per cápita del doble que nuestro país cuando entonces el ingreso era de casi la mitad de lo que tenían los mexicanos.

¿Qué incluye? Es un tema vinculado con la actividad que ustedes realizan y desarrollan: aumentar el nivel de crédito en el país. Y creo que sobre esto podremos hablar con mayor amplitud en el espacio de responder algunas preguntas, pero creo que debiéramos establecer mejoras dentro de la regulación bancaria para propiciar o para generar incentivos que estimulen el crédito para los mexicanos, mayor crédito de la Banca Comercial; y propiciar también dentro de la propia regulación que la inversión que los bancos realizan, varios de ellos, con participación extranjera sea en México, que la reinversión de sus capitales se realice aquí en México a partir de generar mayor crédito para los mexicanos, que apalanque la actividad económica del país.

Creo que ustedes, nadie mejor que ustedes conoce muy bien el nivel de crédito que hoy México tiene, y que en algunas pláticas que he tenido con algunos de ustedes, si bien es de reconocer que ha habido ampliación del crédito sigue siendo insuficiente.

De acuerdo a las cifras que se me han compartido, en México se presta al sector privado apenas el 25 por ciento del PIB, mientras que cifras actualizadas de lo que ocurre en otros países verdaderamente nos quedamos muy detrás de ellos.

Brasil presta el 57 por ciento del PIB, de China ni citarlo, porque el gigante que hoy presta el 130 por ciento de su PIB; pero Chile, una economía más pequeña, presta el 86 por ciento de su PIB solamente de crédito al sector privado.

Y junto a ello vengo postulando la necesidad de crear una Banca Nacional de Desarrollo, que de manera efectiva se ocupe de otorgar crédito para la empresa de nuestro país, para los emprendedores de México, el cual es también insuficiente o prácticamente inexistente.

No obstante que existe como tal el diseño desde hace ya muchos años, hoy, en términos reales, el nivel de financiamiento, sobre todo para las micro, pequeñas y medianas empresas prácticamente es nulo o de muy bajo alcance. Y necesitamos tener una Banca Nacional de Desarrollo que sea aliada, desde el gobierno, del financiamiento al desarrollo económico del país.

Sexta acción. Incrementar o desarrollar mayor infraestructura en el país: en carreteras, en puertos, en redes ferroviarias. Y creo que aquí hay un nicho de oportunidad para la participación del sector privado.

En el Estado de México, donde tuve la oportunidad y alto honor de ser gobernador, en tan sólo seis años logramos triplicar la red de autopistas que circulan por la entidad, y fue posible gracias a la alianza que hicimos entre el gobierno del estado y el sector privado.

Séptimo. Fomentar la economía formal. Y para qué esto sea posible, sin duda, necesitamos propiciar incentivos para este propósito.

¿Qué propongo? Y he venido apuntando, y sin duda algo que demandará del Estado una gran inversión pública: un Sistema de Seguridad Social Universal, que permita un nivel básico de bienestar a todos los mexicanos, no sólo a quienes hoy se benefician de los sistemas de seguridad social que se tienen, como el Seguro Social, el ISSSTE o algunos otros de carácter local, sino que los beneficios de la seguridad social alcancen a todos los mexicanos.

Octavo. Diseñar una nueva estrategia para el comercio exterior. Ayer me reuní con los empresarios del Consejo Mexicano de Comercio Exterior, y es claro que México no ha tenido en los últimos años un diseño claro y específico para potenciar la participación de nuestra industria en los mercados internacionales.

Que sigue siendo Estados Unidos el principal mercado al que destinamos nuestra producción, y que nos hemos rezagado y no hemos logrado una política de apoyo a la industria del país, que le permita una inserción competitiva en los mercados internacionales.

Dejar de lado lo que ha sido para algunos o fue la fórmula de participación de una política industrial, la mejor política industrial: la no política. Sin duda, necesitamos hacer un cambio en esta visión, para, desde el Estado, convertirnos en facilitadores, en aliados de nuestras industrias; y con diseño específico, a partir de lo que son sus experiencias de quienes ya trabajan en la industria, les podamos apoyar, respaldar con crédito, con capacitación, con inserción o introducción a los mercados internacionales.

Noveno, una moderna política de fomento a distintas actividades de nuestra economía, que sin duda, no han sido debida y suficientemente atendidas. Y señalo en este propósito, dos que a la postre muestra rezago y poca atención: el campo mexicano, donde vive uno de cada cuatro mexicanos, donde viven 26 millones de la población total de México en el campo y mucha de esta población depende de la actividad agropecuaria, actividad que no ha contado en los últimos años con los debidos apoyos en crédito, en mecanización, en aplicación de tecnología, en reconversión de cultivos para lograr un propósito, un campo moderno, un campo productivo y un campo que, sobre todo, sea fuente de ingreso digno para las familias que dependen de él.

El campo lamentablemente ha sido y sobre todo se ha acentuado en los últimos años, como el rostro de la pobreza del país; la expresión de la pobreza de nuestro país.

El turismo es otra actividad que me parece tiene México por vocación natural, y que no se ha aprovechado suficientemente.

Cuando tuve oportunidad de reunirme con empresarios vinculados a este sector, conocí de su experiencia y de la ausencia de apoyos de financiamiento, particularmente para el desarrollo de esta industria.

Estoy convencido que estas actividades económicas deben tener diseños específicos de políticas públicas para apuntalar su crecimiento, su desarrollo y aprovechar nuestro potencial.

Y finalmente, como décima acción, una reforma hacendaria integral. Tenemos que fortalecer las finanzas del Estado, que le impongan también la obligación de una mayor rendición de cuentas, pero que permita la participación corresponsable de los tres niveles de gobierno, lo cual actualmente hoy no se da.

Noventa por ciento de los ingresos del Estado, son recaudados por la Federación.

El nivel de corresponsabilidad que hay de los otros niveles de gobierno, es verdaderamente menor, muy señaladamente los niveles municipales.

Y esto no significa que para fortalecer la hacienda pública, se deban tener más impuestos, no es necesario, simplemente lograr una recaudación eficiente, con participación de los tres niveles de gobierno en un régimen fiscal simplificado, de impuestos justos y que cumplan con el propósito de ser progresivos.

Estas son, ya me sacaron la tarjeta de los cinco minutos, pero estoy ya por concluir, estas son las 10 acciones que vengo señalando de manera muy clara para impulsar el crecimiento económico de México.

¿Cuál es el escenario que hoy tenemos y que tendrán los mexicanos frente a esta competencia democrática en la que hoy participo?

Sin duda, la oportunidad de decidir cuál es la opción que representa mayor certidumbre no sólo por los objetivos o propósitos que tenga, sino a la capacidad de ejecución real que haya, porque si de algo ya estamos cansados los mexicanos es de buenos propósitos y de buenos proyectos.

México demanda eficacia en la gestión de gobierno. Y este es el gran reto que tenemos por delante.

Para fortuna de los mexicanos en los últimos años México experimentó un cambio en la política, un cambio que vino a fortalecer y a consolidar nuestro régimen democrático, pero que hoy debemos lograr que ese Estado democrático del que somos parte, sea uno que dé mayores resultados a la población mexicana; de lo contrario, estaremos atentando contra la propia democracia, un régimen democrático que propicia desencanto por la ausencia de resultados provoca, asimismo, una amenaza al propio sistema.

De tal suerte que lo que vengo postulando es lograr, como lo apunté en un libro que presenté en octubre del año pasado, un Estado eficaz para una democracia de resultados. Realmente propiciar que el Estado tenga capacidad de ejecución a las políticas públicas que está decidido a llevar a cabo para alcanzar objetivos, y no terminar ante la ausencia de resultados en el reparto de culpas o en las excusas que se presentan por qué no se lograron las cosas que fueron trazadas.

La opción que represento en esta justa democrática es una que propone un cambio con rumbo, con estabilidad, con objetivos claros que permitan que en México se reinserte en la ruta de crecimiento, de desarrollo y de progreso.

Estoy convencido de ser una opción que tiene la fuerza política, el respaldo social para darle impulso a las reformas estructurales y acciones que el país necesita.

Ya se probó la opción de la derecha y acreditó que no pudo llevar a cabo las grandes transformaciones. La izquierda se ha opuesto a las reformas estructurales, la opción que represento y, personalmente, me he pronunciado por llevar a cabo reformas como la energética, como la laboral, como la fiscal, que posibiliten que México pueda transitar a mejores condiciones.

No podemos esperar más. Porque ante la condición social que México vive, como algún escritor hace sólo algunos días lo expresaba: “O hacemos ahora la revolución, o de lo contrario, ésta nos va a alcanzar”

Y creo que es la oportunidad ahora, y es a partir de la decisión de los mexicanos el 1° de julio, que estaremos en oportunidad de imprimirle un cambio con nuevo rumbo al país.

Y espero ser la opción que gane el respaldo y la confianza mayoritaria de la sociedad mexicana.

Muchísimas gracias.

Etiquetas: bancos, crecimiento, EPN, presidente, PRI


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