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Ciudad Acuña, Coahuila, México | 29 de Marzo del 2024

La adaptación es crítica para la agricultura en un clima cambiante

Estrategias incluyen cosechas más robustas y modificar la producción de ganado

Por Cheryl L Pellerin Redactora Washington – Hace diez mil años, a medida que el clima de la Tierra se estabilizaba, las personas empezaron a cambiar de la plantación hacia la agricultura y de los animales al ganado. La civilización se transformó. Hoy en día, esa crítica estabilidad se deteriora como resultado del cambio climático, y la seguridad alimentaria para los miles de millones de personas en el mundo depende de ayudar a que los cultivos florezcan y el ganado se desarrolle en medio de temperaturas cada vez más altas y un clima extremo.

El clima, los gases de efecto invernadero y la agricultura están inextricablemente vinculados. La agricultura contribuye con 14 por ciento de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero a la atmósfera a debido a la agricultura que utiliza mucha energía (se libera el dióxido de carbono), la producción de arroz, el ganado (metano) y los fertilizante (óxido de nitrógeno), aun cuando los suelos, plantas y mejores métodos agrícolas actúan como sumideros de carbono para mantener el dióxido de carbono (CO2) sin que llegue a la atmósfera.

“La agricultura mitigará sus emisiones de gases de efecto invernadero al mismo tiempo que trabaja para adaptarse al cambio climático”, dijo Cynthia Rosenzweig, una investigadora científica del Instituto Goddard de la NASA para Estudios Espaciales en Nueva York, durante una sesión informativa celebrada el 16 de junio en Washington.

Por otro lado, según informa el Instituto Internacional de Investigación en Política Alimentaria (IFPRI), el clima cambiante tendrá consecuencias drásticas para la agricultura. Los recursos hídricos serán más variables, las sequías e inundaciones afectarán cosechas, algunas zonas costeras productoras de alimentos serán inundadas por aguas saladas de mar y los índices de producción alimentaria caerán en algunas zonas ubicadas tierra adentro.

“Estos cambios ya han comenzado a tener efectos documentados en la producción agrícola”, explicó Rosenzweig, “en rendimiento de cosechas, etapas de crecimiento de cultivos, métodos de gestión, plagas y enfermedades y producción y productividad de ganado”.

EVOLUCIÓN APLICADA

El CO2 es esencial para la fotosíntesis, que es el proceso que las plantas usan para convertir el agua y la luz solar en alimento y oxígeno. Las concentraciones cada vez más altas de CO2 en la atmósfera aumentarán los índices de fotosíntesis, acelerando el crecimiento y desarrollo de muchas plantas. El rendimiento de la mayoría de los cultivos ha aumentado de modo espectacular durante los últimos 40 años gracias a mejoras en el cultivo de la tierra (plantación y fertilización) y la genética.

Pero a medida que el CO2 aumenta, del mismo modo lo hace la temperatura, advirtió el 16 de junio César Izaurralde del Instituto Conjunto de la Universidad de Maryland para Investigación del Cambio Climático, por lo que el aumento en la temperatura durante los próximos 50 a 100 años probablemente reducirá la producción de maíz, trigo, sorgo, algodón y cacahuate.

Paul Gepts, un genetista y profesor de agronomía en la Universidad de California en Davis, describió estrategias para adaptar la agricultura al cambio climático. Estas estrategias incluyen cambiar o combinar cultivos para ajustarlos a nuevas temperaturas, aumentar la biodiversidad de los cultivos para reforzar los sistemas agrícolas y combinar plantas para producir variedades que toleren la sequía, el calor y demás efectos climáticos.

Otra estrategia es desarrollar cosechas como de costumbre y dejar que el cambio climático las resuelva.

“Este es un ejercicio en evolución aplicada”, indicó Gepts. “Si se proporciona biodiversidad, el clima automáticamente empezará a seleccionar los cultivos y las variedades dentro de esos cultivos que mejor se adapten a las condiciones cambiantes”.

Los agricultores también tendrán que realizar pruebas en cosechas alternativas, continuó Gepts, desarrollar formas de transición de un estado climático a otro, conservar diversidad genética y asegurar que exista apoyo para reproducir plantas y la investigación de cultivos.

Al ganado, que tradicionalmente se lo cría en campo abierto, posiblemente se lo tendrá que refugiar de temperaturas cada vez más altas y climas extremos, por lo que Izaurralde dice se necesita más investigación para entender cómo las condiciones ambientales, extremas como el calor, afectarán a los animales.

INVESTIGACIÓN DE CULTIVOS

El Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional ( http://www.cgiar.org/languages/lang-spanish.html ) (CGIAR), establecido en 1971, es una organización científica que apoya 15 centros internacionales y colabora con cientos de organizaciones gubernamentales y de la sociedad civil y empresas privadas en todo el mundo. Los donadores del CGIAR, entre ellos Estados Unidos, incluyen países desarrollados y en desarrollo, organizaciones internacionales y regionales y fundaciones privadas.

La investigación del CGIAR se enfoca en la productividad agrícola y una gama de iniciativas relacionadas con el agua, biodiversidad, bosques, piscifactorías y conservación de tierras. Los científicos del CGIAR también desempeñan funciones principales en la recolección, caracterización y conservación de recursos genéticos de las plantas. Once centros mantienen más de 650.000 muestras de recursos genéticos de cultivos, forraje y agroforestales (combinación de árboles y arbustos con cultivos o ganado) en el dominio público.

La investigación produce resultados:

. Más de 50 variedades nuevas de maíz que toleran las sequías, desarrolladas por el Centro Internacional para la Mejora del Maíz y el Trigo, y sus socios, crecen en un millón de hectáreas en África, produciendo rendimientos promedio en las cosechas de 20 por ciento sobre variedades anteriores.

. La mayoría de variedades de arroz puede sobrevivir en sumersión completa en agua por sólo tres días, pero el Instituto Internacional para la Investigación del Arroz, en colaboración con la Universidad de California en Davis, identificó un gene que permite que las plantas de arroz sobrevivan la sumersión completa por más de dos semanas. Este rasgo ha sido combinado en variedades de arroz que crecen en diversas naciones asiáticas.

. Las variedades del Nuevo Arroz para África (NERICA), desarrolladas por el Centro Africano para el Arroz, combinan la alta productividad del arroz asiático con la aclimatación de las variedades de arroz africano resistentes a sequías, hierba y plaga africanas. Los tipos de NERICA se han probado en 31 países, con 16 tipos sembrados en 15 países y adoptados en 200.000 hectáreas.

. Cosechas fortificadas biológicamente, cultivadas para que sean ricas en nutrientes, ayudan a reducir la desnutrición, inclusive la deficiencia en vitamina A, que hace que las personas sean propensas a la ceguera y enfermedades. El Centro International de la Papa ( http://www.cipotato.org/index_spa.asp ) desarrolló variedades mejoradas de batata alta en beta caroteno (precursor de la vitamina A) que benefician a más de seis millones de personas en el este y sur de África.

(Distribuido por la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web: http://www.america.gov/esp ) ************************

Etiquetas: agricultura, clima, ganado, USA